Todos hablan de adelgazar, pero lo que nadie te dice es lo que sucede cuando dejar de comer para adelgazar.
Una de las cosas que todas las personas desean hacer al menos una vez en la vida es perder peso, es decir, eliminar esos rollitos que están de más, especialmente los que sufren de sobrepeso u obesidad son los primeros en desear que, de alguna manera milagrosa, puedan perder muchos kilos en poco tiempo.
Lo que suelen hacer las personas que desean bajar de peso es empezar una dieta rigurosa llena de vegetales y frutas, dejando a un lado las grasas. Otras se inscriben en un gimnasio y empiezan una rutina muy fuerte de ejercicios combinados para perder grasa. Las mejores hacen ambas cosas y logran su objetivo de una manera muy completa y saludable. Pero lo que nunca se debe hacer, es dejar de comer.
Muchos creen que si dejan de comer, no van a engordar, ya que suponen que comer es lo que los hace gordos. Pues si eres de ese tipo de personas, estas muy equivocado. De hecho, al dejar de comer, lo que causas es que aumente esa grasa que deseas desaparecer y empiezas a perder otra cosa, esto es los músculos de tu cuerpo. La comida es esencial para el funcionamiento del cuerpo, incluyendo los músculos, al no proporcionar proteínas, estos se debilitan.
¿Qué sucede cuando nos saltamos una comida?
Si decidimos saltarnos el desayuno o la cena, este adopta una sensación de supervivencia por la ausencia de comida, esto causa que el organismo queme lo primero que consiga, es decir, los músculos. Estos consumen normalmente mucha energía, como el alimento no es suministrado, el cuerpo empieza a decidir gastar menos energía disminuyendo el metabolismo, y los músculos son los primeros en la lista. No tienes energía, no hay quema de grasas, pero sí de los músculos.
Cuando comes menos no pierdes la grasa que es el objetivo principal, sino que tu cuerpo se debilita y empezarás a sentirte mal, fatigado, débil porque tus músculos también lo estarán. Si te alimentas correctamente y haces ejercicios, esto tonifica tus músculos y se quema la grasa, que pronto empieza a desaparecer.
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